miércoles, 25 de agosto de 2010

LA CAMPAÑA LIBERTADORA

Un hombre extraordinario que admiran y admirarán los siglos, vino a romper las cadenas del despotismo: el Libertador Simon Bolivar.

A partir del año 1819 la situación se decantó definitivamente a favor de los patriotas, lo que permitió que Bolívar, desde París y Francisco de Paula Santander, desde Nueva Zelanda empezaran a coordinar acciones conjuntas desde sus áreas de influencia que fomentaran una unidad militar.

Para entonces existía en la Nueva Granada un importante foco de resistencia revolucionaria contra las tropas de Mallarino en los llanos de Río Sucio, zona contigua a los llanos de Apure y Arauca, donde algunos de los revolucionarios neogranadinos más comprometidos se retiraron para resistir la violencia de la Contrarrevolución del comandante militar Sámano como baluarte patriota al mando de Santander, a quien Bolívar ascendió al grado de Brigadier y lo nombró Comandante militar de la División de vanguardia.

Ambos habían elaborado un plan en el que Santander debía preparar la provincia de Casanare, unificar a los guerrilleros del sur y dar informes a Bolívar sobre las tropas españolas para iniciar la invasión de la Nueva Granada.

Bolivar nació en Caracas el 24 de julio de 1783. Su padre, don Juan Vicente, descendía de noble y rica familia española, y la madre, doña Concepción Palacios, era de la pura cepa caraqueña. Quedó huérfano de padre a los tres años de edad y de madre a los nueve. Los biógrafos lo han pintado como un chicuelo delgaducho, nervioso, pecoso, de pelo castaño, ojos vivos y oscuros y narigón. Y agregan que era inquieto, imperioso, mandón. Entre sus maestros principales se contaron el sabio don Andres Bello y don Simon Rodríguez. Bolivar quiso mucho al maestro Rodriguez y dijo que él era quien le había abierto el corazón para lo grande y para lo bello.

A la edad de 16 años fue enviado a continuar estudios en Madrid. Dotado de clara inteligencia adelantó notablemente en el conocimiento de las matemáticas, de los idiomas, de la historia y leyó sin cansancio obras científicas y literarias. Muy joven, pues apenas tenía 19 años, contrajo matrimonio con Maria Teresa del Toro, sobrina del marqués del Toro, y de inmediato se embarcó rumbo a Caracas. Se dedicó a la administración de sus haciendas y a llevar vida hogareña, pero a los 10 meses de casados murió la esposa. Viudo antes de cumplir 20 años, juró no volver a casarse. La temprana muerte de Maria Teresa, dijo Bolivar, influyó definitivamente sobre su suerte, pues lo impulsó a seguir la carrera de las armas.

Bolivar Pisó por primera vez nuestras tierras a fines de 1812, en Cartagena. En esta ciudad empezó su verdadera carrera de Libertador de America. El mismo lo reconoció, cuando dijo: Si Caracas me dio vida, vosotros me disteis la gloria: con vosotros comencé la libertad de Colombia. Algún día Colombia os dirá: Salve Cartagena redentora.

En Cartagena Bolivar fue puesto bajo las órdenes del francés Pedro Labatut. Labatut quería que permaneciese inactivo, sin atacar. Pero no pudo resistir a la tentación de arrojar a los españoles y, contrariando las órdenes de aquel, ocupó a Tenerife, a Mompos y al Banco y llegó victorioso hasta los valles de Cucuta. Quedaba así el bajo Magdalena libre de la dominación realista. Esta campaña rapidísima, de 20 días, dio a Bolívar inmenso prestigio. Hasta el punto de que el Congreso de las Provincias Unidas, presidido por Camilo Torres, y el Gobierno de Cundinamarca, por orden de Antonio Nariño, le dieron auxilios y soldados para emprender la liberación de su patria venezolana.





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